Laguardia
Visitar la villa medieval de Laguardia es un plan perfecto en cualquier momento del año. Su rica historia, gastronomía y espacios naturales no defraudan.
Tradición vinicola
Hablar de Laguardia es hablar de vino, un producto ligado desde tiempos inmemorables a esta tierra y que ha marcado la vida de sus habitantes al ritmo de su cosecha y su paisaje, inconfundibles mantos de lineas de vides, salpicados de diferentes bodegas, rodean la atalaya que hoy es Laguardia.
En esta ocasión vamos a visitar la bodega Mayor de Migueloa, para conocer como elaboran su vino, bajaremos al calado y visitaremos el hotel.
Los calados
El subsuelo de Laguardia está completamente recorrido por calados, pasillos subterráneos utilizados como bodegas. Se construyeron a partir del s.XVI, y permitían guardar y conservar el vino en las condiciones que este precisa. Aunque actualmente muchas han dejado de utilizarse, Algunas, como Mayor de Migueloa, siguen usando su calado para envejecer sus vinos, ya sea en barricas o damajuanas.
Bodega Mayor de Migueloa
La bodega se ubica en el antiguo palacio de Viana, dentro del casco urbano de Laguardia.
Durante la vendimia, en la parte trasera del establecimiento se recibe, clasifica y prensa la uva que producirá con el tiempo sus excelentes vinos con las limitaciones que implica tener ubicada la bodega en una villa medieval.
Raquel, nuestra guia, nos explicó como cargan las uvas de manera manual por las calles empedradas, como han recuperado la zona de elaboración del vino manteniento un equilibrio entre la tradicion y la modernidad. Dando a sus caldos un carácter muy especial.
Una vez terminada la visita a la bodega llego la parte esperada de degustación de sus excelentes vinos.
El Hotel Mayor de Migueloa
Además de la bodega, este edificio protegido alberga un pequeño hotel de 8 habitaciones y un restautante.
El hotel está decorado con mucho gusto, conservando tanto los suelos y viguerías originales, como los muros de piedra y las escaleras centenarias de sillería.
Al estar construido en un edificio protegido, se han tenido que renunciar a ciertas comodidades que actualmente nos pueden parecer imprescindibles, como por ejemplo un ascensor, pero que no son excusa para dejar de visitar este encantador inmueble.
