Estos días tan calurosos, apetece visitar entornos naturales que nos aportan frescor, y si además están cargados de historia, mejor. Muy cerca de Vitoria-Gasteiz, en Trespuentes, el Jardín Botánico de Santa Catalina es una opción perfecta: ruinas centenarias recorridas por arroyos, rincones sombreados y más de mil especies vegetales, te esperan en este oasis que invita a pasear sin prisa y desconectar.
Este rincón de Álava es mucho más que un jardín: es biodiversidad y patrimonio en un solo lugar. Y mejor aún, ¡acaba de reabrir sus puertas tras una esperada reforma! Así que si estás buscando un plan diferente (y fresquito), Santa Catalina te espera.
Un monasterio con siglos de historia
El origen del Jardín Botánico de Santa Catalina se remonta al siglo XIII, cuando la familia Martínez de Iruña, una de las más influyentes de la zona, construyó una torre defensiva en este estratégico enclave, a los pies de la Sierra Brava de Badaia. Con el paso de los siglos, la familia se trasladó a vivir a Vitoria, a la torre de doña Ochanda, abandono el lugar. La fortaleza y sus terrenos fueron donados a la orden de los Jerónimos que en el siglo XV levantó un monasterio. Posteriormente este enclave pasaría a manos de los monjes agustinos.
Durante siglos, el monasterio fue un centro de espiritualidad hasta el siglo XIX, en el que la desamortización de Mendizabal, y un incendio durante las Guerras Carlistas provocaron su abandono y ruina.
Un jardín botánico único en Álava
El jardín, que ocupa más de 32.000 metros cuadrados, fue creado en 1999 y abierto al público en 2003, fusionando el encanto la magia de las ruinas con la exuberancia de la vida vegetal. Su ubicación en la zona de transición entre el clima mediterráneo y atlántico hace posible que convivan en este amplio espacio especies mediterráneas, atlánticas y exóticas. Aquí podrás descubrir más de 1.000 especies de plantas procedentes de los cinco continentes.
El espacio está dividido en tres grandes zonas:
Umbría: Vinculada principalmente a especies de clima atlántico como hayas, robles y abedules.
Fondo del valle: Aquí se encuentran las especies que más agua necesitan como lirios, nenúfares y frutales, ubicados entre las ruinas del monasterio.
Solana: Habitat de cactus, mimosas, algarrobos y otras plantas de climas cálidos.
Además, en el interior de monasterio se ha habilitado una zona para albergar una pequeña colección de bonsáis.
Una reapertura muy esperada
Después de 4 años cerrado por reformas, en junio, el Jardín Botánico de Santa Catalina ha vuelto a reabrir sus puertas con mejoras en su accesibilidad, señalización y consolidación de las ruinas históricas. Es un buen momento de recorrer sus senderos, descubrir sus rincones y la historia de este espacio único.
Otras recomendaciones en la zona:
- Iruña-Veleia. Importante yacimiento que ha estado habitado con interrupciones desde finales de la Edad del Bronce hasta el siglo XIV. La ciudad alcanzaría su mayor esplendor hacia el siglo I e.c. cuando se construyeron lujosas vividas y grandes edificios públicos.
- Torre Mendoza. Casa-torre de principios del siglo XIII. La familia Mendoza desciende de una rama la Casa de los Haro, señores de Bizkaia.
- Las Salinas de Añana, tienen más de 7.000 años de historia, siendo ya explotadas desde la Edad del Bronce hasta su abandono en el siglo XX. Actualmente han sido recuperadas como patrimonio cultural y centro de producción artesanal de sal.
Jardín Botánico de Santa Catalina
Santa Catalina, Trespuentes
688 897 048
info@jardinbotanicosantacatalina.com
https://jardinbotanicosantacatalina.com
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